viernes, 30 de noviembre de 2007

ENTRE VALPARAÍSO Y SANTIAGO

Con el fin de establecer una conexión directa con el inicio de los viajes por placer, a continuación, el ferrocarril de Santiago a Valparaíso.

“Es un país construido a ambos lados de la vía férrea. De su fuerte esternón de acero le sale el costillar de los ramales y en el pecho árido y caliente, el norte, el esternón se le adelgaza hasta la trocha angosta, como si el pitazo del tren se convirtiera en un silbido”.

Julio Barrenechea, poeta.


Ernesto Vargas Cádiz, a través de una entrevista vía correo electrónico, plantea que, a su juicio, el trayecto ferroviario que ha aportado más claramente a establecer un relación con el turismo, fue el tren que recorría de Santiago a Valparaíso.

Dicha afirmación se sustenta en que dicho trayecto atravesaba Viña del Mar, Concón y Quillota, la principal zona turística de aquellos tiempos.

Ernesto Vargas Cádiz, fundador del sitio web www.amigosdeltren.cl (el sitio más visitado en cuanto a ferrocarriles se trata) explica el origen histórico de este ferrocarril (el relato ha sido modificado para facilitar el entendimiento de los visitantes):

El Principio

En 1842, William Wheelwright (el mismo que construyó el ferrocarril de Copiapó a Caldera), presenta al gobierno de Chile un proyecto para la construcción de un ferrocarril entre Santiago y Valparaíso, capaz de cubrir en unas 8 horas el recorrido que hasta ese entonces tomaba varios días. Dicho proyecto fue aprobado. Sin embargo, Wheelwright no consiguió los fondos para financiar este plan. Para seguir con este proyecto, el 28 de agosto de 1851 se autorizó al gobierno para organizar una sociedad con capitales chilenos. Así se constituye con ello la Compañía del Ferrocarril de Santiago a Valparaíso.

El trazado ferroviario definitivo fue encargado al ingeniero norteamericano Allan Campbell, quien ya había trabajado en la construcción de la vía entre Caldera y Copiapó. Él determinó que la mejor opción era una ruta que partía en Valparaíso y recorría Viña del Mar, Concón, Quillota y luego cruzaba hacia Santiago por el paso Tabón.

La Muerte Acecha

Desde el principio surgieron los problemas. La construcción del túnel de Punta Gruesa, entre Valparaíso y Viña del Mar, por una parte y las dunas de Concón que impedían la construcción del terraplén, por otra, retrasaron enormemente los trabajos. Debido a desacuerdos con la compañía, Campbell renunció en 1853 regresando a Estados Unidos por lo que debió ser reemplazado por su asistente William Robertson.

Este joven ingeniero sufrió al poco tiempo un accidente en la cuesta de Chacabuco que lo llevó a la muerte. Lo mismo ocurrió más tarde con el nuevo reemplazante, el ingeniero Jorge Maughan, quien falleció en noviembre de 1853 producto de un tifus violento.

A Pesar de la Fatalidad

Recién en Mayo de 1854 llegó un nuevo ingeniero para hacerse cargo de las obras, se trataba de William Lloyd, quien en un reconocimiento del terreno y de las obras ya ejecutadas entre Barón y las cercanías de San Pedro decidió cambiar el trazado original de Campbell por uno que cruzara directamente desde Viña del Mar hacia Limache a través de la quebrada del estero Quilpué y el desfiladero de Las Cucharas. Esto provocó que los trabajos se detuvieran hasta 1855.

Las dificultades siguieron acechando esta construcción. La inexperiencia, la falta de recursos técnicos y hasta la mala suerte provocaron una debacle económico al interior de la empresa cuando aún no se había completado ni siquiera un tercio del trayecto hasta Santiago. Es por esto que en 1857 el estado chileno decidió asumir un papel más protagónico y comenzó a comprar las acciones de los particulares.

El gobierno encargó entonces la terminación del ferrocarril hasta Santiago al norteamericano Enrique Meiggs. Se acordó que Meiggs entregaría el trabajo terminado en tres años, si no lograba hacerlo dentro del plazo, pagaría una multa por cada mes de retraso; pero si lo terminaba a tiempo recibiría además una recompensa de medio millón de pesos y 10 mil pesos por cada mes que se adelantara.

Meiggs, con el fin de apresurar la obra ofreció estímulos al personal para acelerar el ritmo de los trabajos, al punto que llegaron a concluirlos con un año de anticipación a la fecha acordada. El día 4 de julio de 1863, Enrique Meiggs llegó a Santiago conduciendo personalmente la primera locomotora proveniente de Quillota.

El servicio del ferrocarril entre Santiago y Valparaíso se inició oficialmente el 14 de septiembre de 1863. La inauguración oficial se llevo a cabo en la ciudad de Llay-Llay, punto central del trayecto, y contó con la presencia del presidente de la república José Joaquín Pérez.

De acuerdo a las palabras de Enrique Meiggs, el gran mérito en la construcción de esta obra correspondía a los esforzados obreros chilenos, de los cuales muchos murieron durante la ejecución de los trabajos, especialmente en la construcción de túneles. Los cuerpos de alrededor de cien obreros fueron sepultados en improvisadas tumbas junto a los túneles ferroviarios.

Se gastaron en definitiva más de 11 millones de pesos, el doble del presupuesto original, para construir una vía de 187 kilómetros de longitud entre la capital de Chile y su principal puerto.

Este ferrocarril facilitó el traslado de materias primas desde la capital hasta el puerto de Valparaíso. Pero también fue el ferrocarril más utilizado por los capitalinos para viajar durante vacaciones de verano e invierno. La modernidad del tren, los lujosos vagones y la atención de sus funcionarios hicieron de esta locomotora la más apetecida por los ciudadanos.


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