viernes, 30 de noviembre de 2007

“LA COPIAPÓ”

La primera locomotora de Chile se instaló en la Región de Atacama. Su recorrido, desde Caldera a Copiapó, revolucionó en un principio a esta zona, luego, al país entero.

"Recortado contra el horizonte en ciernes, el convoy semeja a un negro jirón de sombras desprendiéndose de la noche...los vagones siguen desgranando su pertinente rosario de rieles..."

“Traqueteando una dura letanía interminable, ruega que ruega rogando, van los coches polvorientos [...] para que los espejismos azules anegando los rieles de acero a lo lejos no la engañen con sus lagunas de mentira...”

"Desaparecerá el tren, amigos míos, y con él la última cuota de romanticismo del siglo..."

Los Trenes se van al Purgatorio (Fragmento)

Hernán Rivera Letelier

“La Copiapó”. Este fue el nombre de la primera locomotora que recorrió parte de nuestro país. Su primer viaje lo realizó en la Tercera Región de Atacama, entre las ciudades de Caldera y Copiapó, el veinticinco de diciembre del año 1851.

Este gran proyecto ferroviario, inédito en el país, estuvo a cargo del empresario estadounidense William Wheelwright. Sin embargo, esta idea no fue suya, sino de un relojero porteo llamado Juan Mouat.

Juan Mouat sólo realizó los planos para la construcción del primer ferrocarril chileno, ya que no logró conseguir que financiaran el proyecto. No obstante, William Wheelwright viajó hasta la región de Atacama para convencer a los empresarios más adinerados de la región de que le otorgaran fondos para construir el dicho tren. Ya con el dinero en la mano, el entonces presidente Manuel Bulnes le otorgó la concesión del proyecto el veinte de noviembre de 1849.

Ian Thomson Newman autor de “Red Norte: La Historia de los Ferrocarriles del Norte Chileno” afirma que el objetivo inicial de William Wheelwright era inaugurar el primer tramo de la línea férrea el catorce de julio de 1851 para hacer coincidir la fecha con el día de Independencia de Estados Unidos. No obstante, la maquinaria no estuvo lista dentro de este plazo.




El Primer Viaje

En el primer trayecto de la locomotora, “La Copiapó” arrastró doc coches con cincuenta pasajeros cada uno más dos vagones de carga. El tiempo empleado fue de 240 minutos, y la velocidad promedio fluctuó entre 25 y 30 kilómetros por hora.

Según los datos publicados por la Empresa de Ferrocarriles del Estado (www.efe.cl) a contar del 1 de enero de 1851 el tren efectuó un recorrido diario. Salía de Copiapó a las nueve de la mañana y llegaba a las una de la tarde a Caldera. A las quince horas iniciaba su regreso del puerto para arribar a la ciudad a las pasadas las seis y media de la tarde.

De acuerdo a lo descrito por Benedictino González en su obra “Historia del Ferrocarril de Caldera a Copiapó” el ferrocarril atacameño era comandado por el maquinista John O’Donovan, este irlandés fue apodado "car'e fuego" porque al resplandor del fogón sus patillas rojizas parecían llamaradas.



Entre Caldera y Puerto Viejo

La principal razón para instalar la estación inicial del ferrocarril en Atacama fue su cercanía con el yacimiento de plata de Chañarcillo. El problema surgió cuando se debió elegir un puerto para transportar desde allí los minerales. Las autoridades debieron elegir entre Caldera o Puerto Viejo para instalar la estación terminal. Finalmente se eligió Caldera como estación principal porque sus caminos eran lisos y llanos, al contrario, para llegar a Puerto Viejo, se debían atravesar numerosas dunas, lo que hacía el camino significativamente más infructuoso que el de Caldera.

Al elegir el puerto de Caldera, esta zona se convirtió en un centro de atracción para miles de trabajadores que buscaban nuevas oportunidades. Familias completas llegaron a esta zona donde construyeron sus casas, así este territorio antes deshabitado, se convirtió en una gran ciudad, todo gracias a la llegada del ferrocarril.




Testimonio de una copiapina

En una entrevista telefónica con la señora Gloria Aravena ella relató algunos datos poco conocidos del ferrocarril. Al igual que sus antepasados tuvo la oportunidad de viajar en este tren, pero sus respuestas se basan principalmente en las experiencias de su padre. Mediante este medio de transporte se entregaba el correo dos veces a la semana en las estaciones. También señala que en el último coche del ferrocarril había una especie de centro de apuestas clandestino donde los mineros jugaban casi todo su sueldo y que este tren en ocasiones funcionaba como motel, ya que los funcionarios de este tren les hacían descuentos a las parejas recién casadas de Copiapó o Caldera para ocupar un vagón del tren. Por esto se decía que “la luna de miel comenzaba en La Copiapó”



El Recorrido de “La Copiapó”

Cabe destacar que “La Copiapó” es la locomotora más antigua que se conserva en América del Sur y estuvo vigente entre 1851 y 1858.

De acuerdo a los datos proporcionados por el Consejo de Monumentos Nacionales (www.monumentos.cl) el recorrido de esta locomotora fue:

En 1858 año participó en la Exhibición Internacional de Santiago, que se realizó en la Quinta Normal. Finalizado el evento, formó parte del Museo nacional hasta el año 1894.

En 1901 volvió temporalmente a Estados Unidos para ser exhibida en el Pabellón Chileno de la Exposición Panamericana de Buffalo.

En 1929 operó por última vez para trasladar a los delegados del Congreso Sudamericano Ferroviario, que se celebró en Santiago.

Desde 1930 esta máquina se exhibía de forma permanente en los patios de la Escuela de Artes y Oficios (luego Universidad Técnica del Estado y Universidad de Santiago).

En 1945 volvió a Copiapó para quedarse hasta hoy en el patio de la Escuela de Minas, actual Universidad de Atacama.


ENTRE VALPARAÍSO Y SANTIAGO

Con el fin de establecer una conexión directa con el inicio de los viajes por placer, a continuación, el ferrocarril de Santiago a Valparaíso.

“Es un país construido a ambos lados de la vía férrea. De su fuerte esternón de acero le sale el costillar de los ramales y en el pecho árido y caliente, el norte, el esternón se le adelgaza hasta la trocha angosta, como si el pitazo del tren se convirtiera en un silbido”.

Julio Barrenechea, poeta.


Ernesto Vargas Cádiz, a través de una entrevista vía correo electrónico, plantea que, a su juicio, el trayecto ferroviario que ha aportado más claramente a establecer un relación con el turismo, fue el tren que recorría de Santiago a Valparaíso.

Dicha afirmación se sustenta en que dicho trayecto atravesaba Viña del Mar, Concón y Quillota, la principal zona turística de aquellos tiempos.

Ernesto Vargas Cádiz, fundador del sitio web www.amigosdeltren.cl (el sitio más visitado en cuanto a ferrocarriles se trata) explica el origen histórico de este ferrocarril (el relato ha sido modificado para facilitar el entendimiento de los visitantes):

El Principio

En 1842, William Wheelwright (el mismo que construyó el ferrocarril de Copiapó a Caldera), presenta al gobierno de Chile un proyecto para la construcción de un ferrocarril entre Santiago y Valparaíso, capaz de cubrir en unas 8 horas el recorrido que hasta ese entonces tomaba varios días. Dicho proyecto fue aprobado. Sin embargo, Wheelwright no consiguió los fondos para financiar este plan. Para seguir con este proyecto, el 28 de agosto de 1851 se autorizó al gobierno para organizar una sociedad con capitales chilenos. Así se constituye con ello la Compañía del Ferrocarril de Santiago a Valparaíso.

El trazado ferroviario definitivo fue encargado al ingeniero norteamericano Allan Campbell, quien ya había trabajado en la construcción de la vía entre Caldera y Copiapó. Él determinó que la mejor opción era una ruta que partía en Valparaíso y recorría Viña del Mar, Concón, Quillota y luego cruzaba hacia Santiago por el paso Tabón.

La Muerte Acecha

Desde el principio surgieron los problemas. La construcción del túnel de Punta Gruesa, entre Valparaíso y Viña del Mar, por una parte y las dunas de Concón que impedían la construcción del terraplén, por otra, retrasaron enormemente los trabajos. Debido a desacuerdos con la compañía, Campbell renunció en 1853 regresando a Estados Unidos por lo que debió ser reemplazado por su asistente William Robertson.

Este joven ingeniero sufrió al poco tiempo un accidente en la cuesta de Chacabuco que lo llevó a la muerte. Lo mismo ocurrió más tarde con el nuevo reemplazante, el ingeniero Jorge Maughan, quien falleció en noviembre de 1853 producto de un tifus violento.

A Pesar de la Fatalidad

Recién en Mayo de 1854 llegó un nuevo ingeniero para hacerse cargo de las obras, se trataba de William Lloyd, quien en un reconocimiento del terreno y de las obras ya ejecutadas entre Barón y las cercanías de San Pedro decidió cambiar el trazado original de Campbell por uno que cruzara directamente desde Viña del Mar hacia Limache a través de la quebrada del estero Quilpué y el desfiladero de Las Cucharas. Esto provocó que los trabajos se detuvieran hasta 1855.

Las dificultades siguieron acechando esta construcción. La inexperiencia, la falta de recursos técnicos y hasta la mala suerte provocaron una debacle económico al interior de la empresa cuando aún no se había completado ni siquiera un tercio del trayecto hasta Santiago. Es por esto que en 1857 el estado chileno decidió asumir un papel más protagónico y comenzó a comprar las acciones de los particulares.

El gobierno encargó entonces la terminación del ferrocarril hasta Santiago al norteamericano Enrique Meiggs. Se acordó que Meiggs entregaría el trabajo terminado en tres años, si no lograba hacerlo dentro del plazo, pagaría una multa por cada mes de retraso; pero si lo terminaba a tiempo recibiría además una recompensa de medio millón de pesos y 10 mil pesos por cada mes que se adelantara.

Meiggs, con el fin de apresurar la obra ofreció estímulos al personal para acelerar el ritmo de los trabajos, al punto que llegaron a concluirlos con un año de anticipación a la fecha acordada. El día 4 de julio de 1863, Enrique Meiggs llegó a Santiago conduciendo personalmente la primera locomotora proveniente de Quillota.

El servicio del ferrocarril entre Santiago y Valparaíso se inició oficialmente el 14 de septiembre de 1863. La inauguración oficial se llevo a cabo en la ciudad de Llay-Llay, punto central del trayecto, y contó con la presencia del presidente de la república José Joaquín Pérez.

De acuerdo a las palabras de Enrique Meiggs, el gran mérito en la construcción de esta obra correspondía a los esforzados obreros chilenos, de los cuales muchos murieron durante la ejecución de los trabajos, especialmente en la construcción de túneles. Los cuerpos de alrededor de cien obreros fueron sepultados en improvisadas tumbas junto a los túneles ferroviarios.

Se gastaron en definitiva más de 11 millones de pesos, el doble del presupuesto original, para construir una vía de 187 kilómetros de longitud entre la capital de Chile y su principal puerto.

Este ferrocarril facilitó el traslado de materias primas desde la capital hasta el puerto de Valparaíso. Pero también fue el ferrocarril más utilizado por los capitalinos para viajar durante vacaciones de verano e invierno. La modernidad del tren, los lujosos vagones y la atención de sus funcionarios hicieron de esta locomotora la más apetecida por los ciudadanos.



EL FERROCARRIL COMO COMUNICADOR

El ferrocarril, aparte de ser el invento más importante de la época en cuanto a transportes, también se convirtió en un epicentro comunicativo.

Tren al Sur

Siete y media en la mañana
mi asiento toca a la ventana
Estación Central segundo carro
del ferrocarril que me llevara al sur

Y ya estos fierros van andando
y mi corazón está saltando
porque me llevan a las tierras
donde al fin podré de nuevo
respirar
adentro y hondo
alegrías del corazón

Y no me digas pobre
por ir viajando aquí
no ves que estoy contento
no ves que voy feliz.

Los Prisioneros

Dentro del Vagón

Los ferrocarriles chilenos eran los únicos de América que poseían tarifas para tres tipos de pasajeros (clase alta, media y baja). Esto provocó que la mayoría de la población tuviera oportunidad de viajar en este medio de transporte. Los viajes en ese entonces eran mucho más lentos comparados con los actuales automóviles, aviones y buses (los que revolucionaron el traslado de pasajeros por su rapidez y comodidad), por lo que la población pasaba un tiempo importante en los vagones del tren.

En el libro “Empresa de Ferrocarriles del Estado, Ferrocarriles de Chile: Historia y Organización” de Emilio Vassallo Rojas y Carlos Matus Gutiérrez se destaca la comodidad de los vagones de los trenes, los que estaban especialmente habilitados con coches salones, comedores, dormitorios, salas de juegos, entre otros, por lo que viajar en este transporte propiciaba la conversación y la interacción entre las personas, al encontrarse en un ambiente grato.



Las Estaciones

Las estaciones de trenes fueron el centro de reunión social por excelencia. La gente iba allí a comprar víveres, a recibir su correspondencia y principalmente a conversar. Las noticias se transmitían en forma de rumores.

Hernán Rivera Letelier, en su obra “Los Trenes se van al Purgatorio” relata que en muchos pueblos, el acontecimiento principal era la llegada del tren. Que la gente incluso asistía a la estación aún cuando no fuese a viajar. A la estación se iba sólo por el placer y la admiración que provocaba ver pasar el tren, los rostros asomándose por la ventana, los viajeros que esperaban por el ferrocarril. En estos pueblos, principalmente salitreros, el tren era como un cronómetro. Cuando llegó el ferrocarril, el pueblo comenzó a funcionar… cuando el ferrocarril dejó de pasar, el pueblo fue muriendo.

En la actualidad las estaciones se siguen considerando centro de atracción social. Por ejemplo, cada año en conmemoración a la primera locomotora chilena, se celebra una ceremonia en la estación Copiapó donde se recrean los principales hitos que marcaron esta época. Colegios, instituciones públicas y ciudadanos reconocidos preparaban estos actos para que la población pudiese recordar (y conocer, en el caso de niños pequeños o extranjeros) la historia del ferrocarril que marcó un hito en el transporte nacional.


Iniciativas Propulsadas por la Empresa de Ferrocarriles del Estado

La Empresa de Ferrocarriles del Estado, como lo señala el texto de Emilio Vassallo Rojas y Carlos Matus Gutiérrez, en su afán de convertir al ferrocarril en no sólo un instrumento de transporte de mercancías y pasajeros, sino que también en un vehículo que fomentara la cultura y la educación, dispuso de tarifas rebajadas (a mitad de precio) para aquellos grupos que viajaran por el país siendo parte de compañías de teatro, de danza, grupos religiosos, políticos emergentes, profesores, alumnos, entre otros.

En este mismo ámbito, también Ferrocarriles del Estado incentivó las actividades deportivas. Alrededor de 1960, en todos los talleres de la maestranza de San Bernardo existían equipos de ajedrez, básquetbol, pin-pong, rayuela y fútbol. El club de fútbol “Maestranza Central” (de San Bernardo) adquirió prestigio internacional por su destacado rendimiento deportivo. La ajedrecista Berna Carrasco (trabajadora de la maestranza) obtuvo el primer lugar en el Campeonato Sudamericano de Ajedrez en 1930 y el tercero a nivel mundial. También en esta época se construyó el Gimnasio Ferroviario (ubicado en la calle Manuel Bulnes).

Los obreros, aparte de trabajar en los ferrocarriles, eran ampliamente solicitados para animar fiestas y tocar música. Así, el “Orfeón Ferroviario” era ampliamente conocido en la capital de nuestro país.

En una entrevista titulada “Vida, fulgor y Muerte de la Maestranza Central de San Bernardo” (http://aquiestanlosquenoestan.iespana.es/snbdo.htm) Arturo Velázquez, trabajador de la maestranza afirma que fue él el fundador del diario “La Herramienta”, periódico socialista que se repartía al terminar la jornada laboral.

Respecto a los Viajes

Ferrocarriles del Estado, con el fin de garantizar que la mayor parte de la población chilena pudiese viajar, implantó las siguientes medidas: una tarifa especial de “viajero frecuente” destinado a comerciantes y agentes que deben transportarse frecuentemente en ferrocarril por motivos de negocios. También se hacían rebajas por comprar más de tres boletos. A las compañías de teatros nacionales, a los profesores y a estudiantes se les descontaba el 50% al comprar sus pasajes. En los congresos o convenciones de profesionales y eventos de alcaldes o partidos políticos, Ferrocarriles del Estado también aplicaba tarifa rebajada.

Y para garantizar el traslado de las mercancías Habían diferentes tipos de carros en los ferrocarriles, entre ellos estaban: carros rejas para el transporte de frutas, verduras y animales; carros estanques para trasladar petróleo y bencina; carros bodegas (totalmente cerrados) para la mercadería y la carga delicada o susceptible de extravíos; carros cajones (sin techo) para movilizar carbón de piedra, minerales, arena, ripio; y carros planos (sólo con una plataforma), estos se ocupan para las maderas, fierros en barras y maquinaria.





FIN DE LA ATADURA GEOGRÁFICA

Algunos afirman que el mayor sueño del hombre es viajar, conocer el mundo. Sin embargo, no desde siempre se pensó así. El ferrocarril fue protagonista de este cambio de mentalidad.

Oda a los Trenes del Sur

(Fragmento)

“Yo voy contigo,

Tren, trepidante,

Tren de la frontera:

Voy a Renaico,

Espérame,

Tengo que comprar lana en Collipulli,

Espérame que tengo

Que descender en Quepe,

En Loncoche, en Osorno,

Buscar piñones, telas,

Recién tejidas, con olor

A oveja y lluvia…

Corre, tren, oruga, susurro,

Animalita longitudinal

Entre las hojas

Frías y la tierra fragante,

Corre con taciturnos

Hombres de negra manta,

Con monturas,

Con silenciosos sacos

De papas de las islas,

Con la madera del alerce rojo,

Del oloroso coigüe,

Del roble sempiterno”.

Pablo Neruda

Un Hombre Estático

Durante La Edad Moderna el hombre se caracterizaba por permanecer a lo largo de su vida en un mismo lugar. Por lo general, donde se nacía, se moría.

En los grupos familiares tradicionales las personas se casaban con sus parientes, las familias vivían juntas en grandes casas y no se concebía apartase mucho del lugar de nacimiento. La ciudad natal, por lo tanto, se convertía en el único espacio donde se conocían personas.



Aventureros

La excepción a lo antes dicho, podrían ser los conquistadores y sus respectivas tripulaciones. A pesar de que estos hombres aventureros sí lograban salir de sus tierras en busca de otros horizontes, aún así lo hacían con el afán de establecerse en un nuevo lugar y no con el deseo de ir y volver.



Un Hombre Dinámico

La Época Contemporánea marcó un cambio significativo en cuanto a la visión que el hombre tenía de sí mismo. Paso de verse como un ser estático, conformista con el lugar donde le tocó vivir a ser un hombre dinámico, que tenía negocios en distintos lugares, que buscaba por sí mismo nuevas oportunidades, que salía de visita, a divertirse, a educarse.

Este cambio se produjo por la invención de un nuevo sistema de transporte: El Ferrocarril.

De acuerdo al artículo “El Ferrocarril y su Mundo”, publicado en la revista Patrimonio Cultural año 2001 de Cristián Gazmurri, profesor del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile; “El ferrocarril fue el primer instrumento que permitió el viaje frecuente, seguro y habitual por tierra”. ¡Y es verdad! Antes del ferrocarril las personas no se podían movilizar libremente, ya que los medios de transporte existentes no eran los óptimos para realizar viajes pequeños pero cómodos. Mediante caballos no se podían recorrer grandes distancias, las carretas eran incómodas, los barcos eran lentos, cubrían sólo trayectos grandes y dependían de muchos factores, tales como el viento y la marea.

Por lo tanto, el ferrocarril se convirtió en la principal opción de todas aquellas personas que cambiaron la visión del hombre estático.



En Europa… pero también en Chile

De acuerdo al artículo “Los Ramales Ferroviarios en Chile: Auge y Agonía” escrito por Ian Thomson Newman (desde 1986 a 1995 fue Presidente de la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario, hasta el año 2005 se desempeñó como economista de transporte para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, además escribió los libros “Historia del Ferrocarril en Chile” y “Red Norte: La Historia de los Ferrocarriles del Norte Chileno”) destaca que en la época dorada del salitre, los ingresos económicos que se generaron en el norte de Chile se invirtieron en la construcción de redes ferroviarias para el centro y el sur del país. Lo que buscaban las autoridades era fomentar la producción de la agricultura y la ganadería en aquellas zonas. De esta manera, la mayor parte de la población que residía principalmente en Santiago y Valparaíso (un millón y doscientos mil habitantes respectivamente, cifras del libro “Empresa de Ferrocarriles del Estado, Ferrocarriles de Chile: Historia y Organización, de Emilio Vasallo Rojas y Carlos Matus Gutiérrez) se vio en la necesidad de trabajar en zonas alejadas de la capital. El gran centro productivo y laboral fue el norte salitrero, pero también la zona sur del país adquirió importancia al transformarse en un gran centro productivo. En consecuencia, muchos de los trabajadores tuvieron que trasladarse en busca de nuevas oportunidades laborales. No obstante, Ferrocarriles del Estado dispuso tarifas rebajadas para que estas personas pudiesen visitar a sus familias regularmente.

Así, la población chilena debió transformarse.

La población del sur de Chile también sufrió cambios. A pesar de que las familias se desarrollaron en las áreas de la agronomía y la ganadería, las personas no se limitaron sólo a eso. Se instaló la “Cultura del Viajero” y aprovechando el buen momento económico nacional, las personas salieron de vacaciones, conocieron el país, visitaron a sus familiares, entre otras cosas.

Para favorecer la recreación, la cultura y la educación, Ferrocarriles del Estado vendía boletos a mitad de precio a las compañías de teatro que recorrían el país, a estudiantes y académicos que fueran a congresos y seminarios y a familias numerosas que viajaban en ferrocarril durante las vacaciones de verano e invierno.

En síntesis, el ferrocarril destacó tanto en Chile como en el mundo al convertirse en un medio que revolucionó el transporte y las comunicaciones… pero también contribuyó al cambio de mentalidad humana que dividió la Época Moderna de la Contemporánea. Este cambió se caracterizó por los deseos del hombre de viajar, posibilidad que le brindaba el ferrocarril. Claramente este podría ser el inicio del turismo.




REFLEXIONES SOBRE EL TREN

Para complementar esta investigación histórica sobre el ferrocarril y, por sobre todo, esclarecer el artículo anterior “Fin de la Atadura Geográfica” es la siguiente entrevista


Run Run Se Fue Pa´l Norte


El calendario afloja por las ruedas del tren
Los números del año por el filo del riel
Más vueltas dan los fierros, más nubes en el mes
Más largos son los rieles, más agrio es el después.

Violeta Parra


El escrito “Fin de la Atadura Geográfico” fueron reflexiones personales basadas a partir del artículo “El Ferrocarril y su Mundo” publicado por la Revista Patrimonio Cultural, año 2001.

Este texto fue escrito por Cristián Gazmurri, licenciado en Derecho, Abogado, magíster en Arte e Historia y doctor en Historia. Actualmente es Profesor de Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

La entrevista realizada tuvo como tema central: Ferrocarriles de Chile y el Mundo y su relación con el Turismo.

  • ¿En qué se fundamenta la afirmación “el ferrocarril transformó la vida de los europeos y también de los chilenos?

Bueno, esto pasa por una cosa muy simple. Tanto en Europa como en Chile se vivía en le mismo lugar, pero el ferrocarril fue una innovación. El ferrocarril tenia una velocidad razonable, rápido para la época, sabiendo que llegabas a un lugar civilizado, en un horario más o menos preciso, sin peligro de que te mataran , te robaran y en un tiempo razonable, horas a lo mas días. Entonces viajar se transformó en una cosa mucho más fácil, no sólo por negocios sino que también nace el turismo. El turismo era una cosa muy pequeñita, de la cual se beneficiaba la aristocracia, en su mayoría nobles, porque en un principio andar en caballo con lacayos era caro. Antes la gente solía vivir y morir en un área de unos treinta kilómetros cuadrados. Incluso gente que no era pobre, como Kant, nunca se alejó más allá que unos veinte kilómetros. Hay gente que se dedicaba a viajar, viajeros profesionales, como el Casanova o como Francisco de Miranda, pero esa era gente que tenía medios económicos o muchos contactos y que lograban alojarse en diferentes partes porque tampoco existían hoteles.

  • No había turismo

Efectivamente, el turismo era una cosa de gente de elite, de gente con plata , nobles la mayoría o gente muy rica y donde habían un poco más de viaje era en el Mediterráneo, que era un mar lleno de recovecos, un mar relativamente pacífico, donde no habían grandes tormentas . Pero el ferrocarril permite que el viaje por tierra sea de forma segura y rápida. Al principio era muy caro pero después pasa a ser bastante barato. En la actualidad el ferrocarril se ha puesto caro por que hay trenes ultra rápidos y se puede viajar en avión y el pasaje de avión a su vez ha bajado bastante, y es muy cómodo.

  • ¿Y el ferrocarril habría sido más cómodo?

Mira ahora son más cómodos tanto los aviones como los ferrocarriles, incluso el ferrocarril se demora sólo media hora más que el avión en Europa, los asientos del tren son muy anchos, no se mueven, tú puedes pedir un vaso de Coca-Cola y no se cae. En Europa por lo menos, el ferrocarril es bastante cómodo, asunto que en Chile no pasa. Y no creo que en Chile tengamos la posibilidad de volver a tener ferrocarriles como en Europa porque somos un país muy poco denso en población, o sea, la gente que se traslada en chile es muy poca y con los aviones sobra. Y la gente que no pueden pagar el avión anda en buses camas sumamente cómodos y el tren no es más cómodo que un bus cama y es mucho más caro. Por lo que el bus es más barato. El tren acá en Chile es difícil que emprendan a menos que tuviéramos mucha población o la población tuviera el ingreso per cápita más elevado.

Ahora, todo esto del ferrocarril tenía una magia. Por ejemplo, me tocó viajar dos o tres veces a Valdivia y eran preciosos, las camas se notaban que eran súper lujosas, además meterte en un compartimiento con baños que tenían pequeños lavatorios era toda una aventura, muy entretenido.

  • Cuando llegó el ferrocarril a Chile recorrió desde Copiapó a Caldera, ¿usted cree que ese fue el mejor recorrido que se pudo realizar, o hubiera preferido que abarcara otra parte del país?

Yo creo que fue una buena elección. Ese, más que un recorrido de pasajeros, nació por el auge de la minería, del cobre y la plata en el norte chico, en la zona de Copiapó. Tenía el puerto que abarcaba todo lo que era Caldera entonces ahí hicieron el ferrocarril que no fue el primero de América como cuentan por ahí.

  • Sí, yo leí un libro que mandó a escribir la Empresa de Ferrocarriles del Estado donde afirmaban que era el primero en América. Nos queda como consuelo el conservar la locomotora más antigua de América.

¿Ese ferrocarril todavía se usa?

  • No, ya no. En Caldera aún circula un ferrocarril, pero no pasa por Copiapó

Ah sí. Esa red es muy larga. Va por curvas y curvas… Se demora como cinco días en llegar a Iquique. Pero el tren al sur también tiene su magia.

  • ¿Y el tren al sur se construyó para fomentar la ganadería y la agricultura?

Principalmente la agricultura, pero de todas maneras la producción agrícola fue explosiva. El trigo, cuero, cebo, y la avena se llevaban a las estaciones los sacos de trigo. Y cuando trasladaban animales, lo hacían en carros para animales.

El tren tenía una cantidad de ramales, y con cada ramal había mas actividad y después, en cada pueblo chico, había un ramal para al costa o para el interior. Para el norte también habían ramales, pero para el sur habían muchos más. Entonces Chile estaba cubierto por esta red central para el norte, para el sur y los ramales que agarraban todo Chile.

Pero con el pasar del tiempo, Chile no tuvo ni ferrocarriles buenos ni carreteras buenas. Ahora las carreteras han mejorado y son más rápidas.

  • ¿Y usted por que cree que se produjo este descenso del uso del ferrocarril en Chile?

Porque era más caro, mucho más caro, o sea, el auto moderno gasta relativamente poco, son mas rápidos que el ferrocarril, te permiten llegar donde se te dé la gana, los caminos son buenos. En cambio, en el ferrocarril puedes andar sólo por la línea, o sea, después de la línea no puedes moverte para ningún otro lado. Y llegó un momento en que era más caro el ferrocarril, en parte por mala administración y en parte porque el ferrocarril se está quedando atrás en cuanto a materiales. El ferrocarril hasta el momento funciona en EEUU, Japón y parte de Europa, pero es caro.

  • ¿El ferrocarril también actuaba como correo?

Sí, todo el correo iba por ferrocarril.

  • ¿Y había un diario que también se llamaba el ferrocarril?

Sí, pero eran independientes, nada que ver.

  • ¿Alguna última reflexión?

Te cuento que tenía una magia, eso del vapor.

Yo llegaba me acuerdo a San Rosendo y ahí había una casa de máquinas enorme, con un estanque de agua gigante y con carbón. Habían unas 15 locomotoras, todas echando humo, porque las locomotoras nunca las apagaban completamente ya que prenderlas era larguísimo, entonces siempre se dejaba un poquito el fuego , cosa de tiraran unas paladas arriba y prenderlas completamente. Y más allá, en Temuco, todavía esta, antes estaban las mesas, la casa de maquinas, ahora es un museo. Y en Valparaíso había una, pero la demolieron, aunque Valparaíso tenía tren eléctrico creo, con unas máquinas cuadradas, muy anticuadas y después llegaron estas locomotoras, todavía andan por ahí unas, eran italianas.

  • ¿Usted cree que Chile podría volver a convertirse en un país ferroviario?

Es que mira, ahora están perdiendo plata. A pesar de que el metro tren se usa mucho, es muy útil, y el ferrocarril de Chillán también se usa mucho, pero no creo que ganen plata. Yo creo que el único ferrocarril que da ingresos en Chile es el Metro de Santiago, sobre todo con el Transantiago está ganando plata.

  • ¿En EEUU y Japón los ferrocarriles tampoco dan mucha plata?

No, porque el ferrocarril es un servicio, y como esos estados tiene plata pueden subsistir, con lo caro que son.

  • ¿En Europa la gente también prefirió los autos o los aviones?

Ahora está volviendo el ferrocarril porque el avión no es nada más que despegar y aterrizar. Además hay que esperar en el aeropuerto, subirte al avión… una pérdida de tiempo.

  • ¿Y hacia el norte se podría hacer estos con los trenes de carga?

Se usan todavía estos trenes de carga en “Chuqui” (Chuquicamata). Se saca cobre de Arica a La Paz, porque es más barato y además es difícil cruzar la cordillera, pero los caminos ya están hechos. Los ferrocarriles son más seguros.

Y como te digo… los ferrocarriles tenían magia.